Tras ocho años de construcción comienza a operar el proyecto Traspaso Andina, que consideró una inversión de US$ 1.455 millones y que desde su etapa de diseño contempló las variables ambientales, con emisiones cercanas a cero y la disminución en el consumo de energía de fuentes externas.

 “La inauguración del sistema Traspaso Andina obedece a la responsabilidad histórica de la transformación de Codelco, que incluye a sus mineras y mineros. Bajo nuestros pies y a 3.500 metros de altura, en este imponente Valle del Aconcagua, está uno de los yacimientos de cobre más grandes y de mejor ley del mundo, que contiene 30% de las reservas de cobre de nuestro país”, afirmó el presidente de la empresa, Juan Benavides, quien lideró la ceremonia junto al Presidente de la República, Sebastián Piñera.

Este proyecto, que tuvo una inversión total de US$ 1.455 millones y cuya construcción se extendió por ocho años, implicará que los más de 50 equipos que actualmente se utilizan en el proceso de chancado y transporte de mineral serán reemplazados por un solo sistema de 14 equipos.

Por otro lado, el Sistema Traspaso extenderá por al menos 30 años la producción de este centro de trabajo, ubicado en el Valle de Aconcagua, con el fin de sostener los niveles actuales de procesamiento de mineral, después del cierre de la mina subterránea en 2023.

Cabe destacar que, hasta ahora, este centro de trabajo debía detener las extracciones desde el rajo al menos tres semanas al año, en invierno, lo que era compensado con los aportes de las operaciones subterráneas. Las nuevas instalaciones, entre ellas un mecanismo de protección de primer nivel contra avalanchas, apoyarán una marcha continua durante 360 días al año, a pesar de las nevadas y del cierre de la mina bajo tierra proyectada para el próximo año.

En el evento se destacó que la innovación y la sustentabilidad de sus procesos son los principales atributos de este nuevo sistema, al integrar como parte de su infraestructura un domo de 52 metros de altura en el que descargarán los camiones (una caverna de 70 mil metros cúbicos) y que protege al nuevo chancador primario, uno de los cuatro más grandes del mundo, de las bajas temperaturas invernales.

Debido a las condiciones de encapsulamiento en que se hará el traspaso de mineral en este domo y a los sistemas de captación y supresión de polvo, la emisión de material particulado al ambiente será cercana o igual a cero.

“Una de las grandes novedades es que este proyecto cumple estándares y exigencias ambientales del siglo XXI, del futuro, y aporta a una minería amistosa con el entorno, las comunidades y sustentable en el tiempo. La enorme caverna del domo permitirá que no se generen partículas y sea respetuosa con la naturaleza y la calidad de vida de todos los habitantes”, aseguró Piñera.

El Sistema Traspaso, que se ubica en una compleja zona geográfica, de alta cordillera, cuenta también con una correa transportadora de mineral de tipo regenerativa, que tiene una extensión de cuatro kilómetros de largo, lo que facilitará inyectar a la red divisional más de 3,6 megawatts, lo que permitirá disminuir el consumo de fuentes externas.

“Estos megawatts equivalen a la energía suficiente para alimentar a 10 mil hogares”, explicó Benavides. “Andina ha tenido la madurez para adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad civil con un proyecto que impondrá estándares ambientales ambiciosos y procesos más eficientes en el uso de los recursos. Quienes desarrollaron el proyecto y quienes operarán estas instalaciones asumen con orgullo y responsabilidad el compromiso de prolongar la vida de Andina de forma más competitiva y sustentable, cumpliendo la promesa de valor de Codelco”, agregó.

En tanto, el ministro de Minería, Juan Carlos Jobet, destacó que “este tipo de inversiones le permiten a Codelco seguir cumpliendo un papel relevante en la producción de cobre a nivel mundial. Pero tan importante como eso es que también es un paso adelante en el objetivo de avanzar hacia una operación más eficiente para la empresa, más segura para sus trabajadores y trabajadoras, y más sustentable, en línea con la necesidad de proveer cobre para la transición a las energías limpias, reduciendo sus propias emisiones en el proceso”.

Rodrigo Barrera, gerente general de División Andina, dijo que “estamos tremendamente orgullosos y muy contentos de haber terminado el proceso constructivo y ahora tenemos que asegurar la promesa de valor, que va en directo beneficio de los que menos tienen en este país. Esto es un logro y lo celebramos, pero esto sigue y vamos por más”.

El proyecto se encuentra actualmente en comisionamiento para iniciar en febrero su etapa de ramp up, que implica incrementar sistemáticamente el ritmo productivo hasta la operación en régimen de la línea 1, presupuestada para abril.

COMUNICACIONES DIVISION ANDINA