El Socio del Sindicato SIIL fue destacado en una nota de la Federación de Trabajadores del Cobre que quisimos replicar con ustedes. El analista de mantención en Mina Subterránea de División Andina de Codelco, nos relata su historia de vida y su temple minero para luchar y cumplir sus sueños.
Genaro Villalobos es un hombre de 54 años,
tiene más de tres décadas trabajando en Codelco y es un trabajador con una
historia de vida desafiante y llena de situaciones complejas; sin embargo,
estos hechos que conoceremos a continuación solo lo han fortalecido en su
camino para cumplir sus anhelos y deseos: ver a sus hijos realizados y siendo
profesionales, dándoles las oportunidades que él nunca tuvo.
Oriundo de Salamanca, localidad de Tranquilla,
Genaro se interesó por el deporte desde muy temprana edad; formó parte de
algunos equipos de fútbol amateur como el Club Deportivo Salamanca y el
Deportivo Empleado y era muy fan de Cobresal desde antes de llegar a El
Salvador ya que su vecina era hincha del equipo y siempre le hablaba del club
“legionario”. A los 18 años se fue a El Salvador a trabajar como contratista de
Codelco hasta que, luego de un par de años, ingresó entró de manera oficial a
la empresa.
En el año 1997 es nombrado jefe de delegación
de fútbol de la generación Sub20 de El Salvador, ellos iban a participar en un
torneo de verano en la Isla del Maipo. Sin embargo, en diciembre de ese mismo
año nace y fallece su hija en la ciudad de Santiago, siendo una pérdida muy
importante en la vida de Genaro y su familia. Muy querido por la comunidad, él
y su esposa fueron recibidos en el aeropuerto de El Salvador por todo el cuerpo
técnico, la Asociación de Fútbol Amateur (ANFA), los integrantes de la
selección y los clubes locales; por lo que fue un momento muy bonito y
reconfortante, luego de una situación tan dolorosa.
Su pasión por el fútbol lo llevaba todos los
fines de semana al estadio, no importaba el equipo rival puesto que el amor y
cariño por Cobresal iba más allá de todo; por lo que, en el año 1998 deciden
hacer una bandera gigante, que, con gusto a poco, para el año siguiente junto
con otros aficionados y con aportes de las personas lograron hacer un traje de
minero, dándole vida a “Cobresalito” la mascota del equipo que los acompañaba
en los partidos importantes.
Posteriormente, formó parte del grupo de
trabajadores seleccionados de División El Salvador, en febrero de 2003, para
ser trasladados a División Andina, gracias a los acuerdos suscritos en el
contexto del Proyecto Común de Empresa (hoy Pacto Estratégico por Chile), que
establecían las condiciones para que las contrataciones para nuevos cargos
serían cubiertas preferentemente por trabajadores de la dotación vigente de
Codelco. Todo ello, en el marco del Protocolo N°1: “Estabilidad Laboral con
Competitividad”, firmado entre la administración de Codelco y la Federación de
Trabajadores del Cobre, en marzo de 2002.
Todo parecía ir bien en esta nueva etapa en la
vida de Genaro, sin embargo, en el año 2004 sufre uno de los accidentes más
grandes en la historia de la minería chilena, durante su jornada de trabajo cae
por un pique de aproximadamente 30 metros. “Nunca perdí la conciencia, caí
con mineral y quedé enterrado alrededor de 40 minutos o una hora; podía
escuchar como mis compañeros y el equipo de rescate me desenterraban poco a
poco y yo simplemente gritaba. Por mi cabeza pasaban muchas cosas y me
preguntaba si todo el sacrificio había sido en vano; mi sueño era ver a mis
hijos realizados, siendo profesionales, con las oportunidades que yo nunca
tuve”.
Durante el rescate de Genaro se sentía la
tensión en el ambiente, no era habitual que una persona que tuviera un
accidente de tal magnitud siguiera con vida. El tiempo jugaba en contra y
compañeros y rescatistas hacían su mejor esfuerzo para desenterrarlo.
Finalmente, luego de muchos minutos enterrado bajo tierra, Genaro fue rescatado
y trasladado al hospital; el pronóstico no era bueno, el mejor pronóstico que
le habían dado los médicos era que quedaría en silla de ruedas, su vida no iba
a poder seguir siendo la misma. “Le pedí a Dios que, si me iba a dejar mi
vivo, me diera las condiciones para luchar y cumplir mis sueños”.
La fuerza de voluntad de Genaro fue
fundamental en su recuperación, la estuvo llena de cirugías y una ardua
rehabilitación; sin embargo, las ganas de salir adelante y ayudar a su familia
a tener un mejor futuro pudieron más que cualquier impedimento físico. Luego de
dos años y once meses de licencia, Genaro quedó con un 32,5% de incapacidad, no
obstante, logró volver a caminar y dejar atrás la silla de ruedas que en algún
momento fue su única esperanza.
En el año 2008, Genaro pudo volver a la
empresa; previo al accidente se desempeñaba en operaciones (producción de
metal) y al volver, estuvo un tiempo trabajando en taller mecánico.
Actualmente, se desempeña como analista de mantención de Mina Subterránea. “Le
tengo mucha estima a Codelco porque siento que cuando la he necesitado ha
estado conmigo. Gracias al trabajo que tengo he podido darles una casa a mis
hijos y he cumplido los objetivos que me he propuesto en esta vida”.
En la actualidad, Genaro es una persona feliz
y realizada, que sigue aportando a la principal empresa de Chile; está muy
ligado a los temas sociales y cada vez que tiene la oportunidad participa de
distintas actividades que ayudan a las comunidades a lo largo de todo el país. “Me
siento agradecido y afortunado con la vida”. Tengo ganas de retirarme joven y
disfrutar”.
Nota: Federación de Trabajadores del Cobre